Carta Abierta A Cleveland Cavaliers

02/12/2010

 

Llegó el día, franquicia de los Cavs, ciudad de Cleveland. Ya está aquí el 2 de Diciembre de 2010, estado de Ohio. La jornada que todos estamos esperando desde hace casi 5 meses y que, ahora que estamos en ella, algunos tememos. Bien sabes que LeBron James vuelve esta noche a vuestro Quicken Loans Arena, pero vestido con el uniforme de Miami Heat.

No confían en tí, Cleveland. Saben que estáis enfadados, muy enfadados, pero creen que sois irracionales, que estáis desquiciados. Piensan que quizá vayáis a herir a LeBron James cuando hoy vuelva a vuestra casa, sea físicamente o emocionalmente… o quizá de las dos formas. Peligro. Pero desde aquí os animo a no darles lo que esperan ver, a ninguno de ellos. Ni al exagerado número de policías que allí estarán presentes, pendientes primero del autobús en el que viaje Miami y después del vestuario visitante, donde por primera vez se cambiará El Elegido. Ni a la propia NBA, que lleva meses preparando un dispositivo de seguridad extremo para esta fecha, marcada en rojo en su calendario. Ni tampoco al propio James. No le deis lo que quiere esta vez. Un ególatra de este tipo quiere vuestra ira, se sentirá como pez en el agua con ella. No os avergoncéis, no avergoncéis a vuestra ciudad, a vuestro estado.

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

Créeme Cleveland, todavía hoy entiendo tu dolor. Lo sentí de alguna forma extraña cuando, a pesar de estar tan lejos de ti, el pasado 8 de Julio King James anunció que cambiaba de trono, en directo para todo el país, dándote una patada en el culo a pesar de que lo que se había construido entorno a él, también te correspondía. “No puede haberlo hecho así, no de esta manera. No puede haber sido tan estúpido… tan cruel”, debiste pensar. Ahora sabes que sí lo fue.

Pero ahora es tu turno, Cleveland. Buen momento para dejarle en ridículo. Fue James quien dio el primer puñetazo y jamás lo hubieras podido ver venir. Ahora se espera que lleguen las represalias. Pero bien sabes Cleveland, que las represalias siempre empeoran las cosas. Y suelen funcionar de la siguiente manera: la víctima inocente (tú Cleveland, por supuesto) reacciona a las malas artes y se convierte en ese mismo momento en el culpable de lo sucedido, permitiendo al malo de esta lamentable película convertirse justo en la víctima que no es. No dejes que eso suceda.

Gibson, el mejor amigo de James en su etapa de Cleveland, está doblando sus números en la primera temporada sin LBJ

Mira, honestamente, hasta ahora Cleveland ya has cometido errores, pero éstos se enmarcaban en la reacción visceral que venía justo después de los hechos que aquí ya criminalizamos. Tu General Manager, Dan Gilbert, así como absolutamente todos los medios de tu estado, ya sacaron sangre por la boca cuando todo sucedió aquel fatídico 8 de Julio. Pero eso ya pasó. Actuaste como la novia de toda la vida que, despechada, carga contra su novio cuando éste la deja por una chica despampanante que acaba de conocer. Era lógica tu rabia de entonces, y justificable que la soltaras, pero ahora ya no. No te conviene seguir por ese camino cuando te encuentres con LeBron James de nuevo, cara a cara y en tu propia casa. Te perjudicaría más que cualquier otra cosa porque él lo está esperando.

En un mundo perfecto, te pediría indiferencia o hasta que te rieras de él del mismo y vil modo como él se rió de ti: televisado para todo el país. ¿Qué tal ganar el partido? Al fin y al cabo, ahora y no en Julio sabemos que eso es posible. Mira lo que hizo Indiana, recuerda lo que pasó en Memphis…

Williams & Varejao, armas (ofensiva y defensiva) de los Cavs

Sé que no se venderán botellas para el partido de hoy en el pabellón y eso ayuda. Pero también temo, Cleveland, que te vistas con motivos, frases y dibujos que busquen atacar a LeBron James la persona y no a LeBron James el jugador. Sabes de sobra el rumor que corrió como la pólvora la temporada pasada sobre una relación sentimental (por decirlo suavemente) entre un importante miembro de la familia de James y un excompañero de vestuario del entonces #23 de los Cavs. Ok, está bien saberlo, pero no lo utilices esperando que alguna cámara lo retransmita para todo el mundo. Volvemos a lo mismo Cleveland, tal conducta no conseguiría herir a James y si a tí mismo, y podría hacer que los centenares de millones de espectadores que esperan este partido, justificaran su marcha por motivos obvios.

Esta camiseta, ya a la venta en la web oficial de los Cavs

¿Es eso lo que quieres? ¿Deseas ver a LeBron James salir de la ciudad escoltado y jugando el rol de víctima de todo este embrollo que solo él (y sus voraces agentes que llevan su carrera) creó? Equivócate y así sucederá. Solo se necesita a un idiota, un descerebrado, como dicen en Estados Unidos, un loser para arruinarlo todo y a todos.

Habrá cientos de policías de paisano en la grada del Quicken Loans Arena, tu grada, buscando a ese idiota, ese irracional, ese desquiciado y peligroso que te deje en el peor lugar de todos y ante todo el planeta. James ya se fue y jamás va a volver. Así que no dejes Cleveland que lo mismo suceda con tu dignidad.


Carta Abierta A David Lee

08/07/2010

 

Estimado David,

Cuesta no hablar de los agentes libres hoy, que Carlos Boozer ha fichado por los Bulls, Chris Bosh lo tiene hecho con Miami y LeBron anuncia su futuro en el prime time de la cadena deportiva más importante del mundo. No es fácil no hablar de las renovaciones de contrato de Kevin Durant con los Thunder o Ray Allen con los C’s. Incluso resulta complicado no hacer ninguna aproximación a lo que está pasando con el fútbol en Sudáfrica… Pero tu situación bien merece toda la atención que un fan de los Knicks pueda dedicar.

Resulta extraño escribir una carta de despedida a alguien que todavía no se ha ido, y que quizá no lo acabe haciendo. Espero que no sea así. Por contradictorio que parezca, tu marcha sería un alivio para mi consciencia. No puedo más que desearle lo mejor a quien se ha dejado la piel en la pista noche tras noche, a quien ha progresado tanto, a quien con su actitud ha mantenido al equipo lo más alto que ha podido. Y lo mejor, para ti, es que sigas con tu carrera en otro sitio, ahora que ya has llegado a los más alto, ahora que eres un All-Star. Seamos honestos, sabes mejor que yo que la llegada de Stoudemire te deja en mal sitio. A ti, que eres quien menos lo merecía.

Hay veces que las bajas le alegran a uno el día. Hace 48 horas, nuestros Knicks anunciaban que Chris Duhon fichaba por los Orlando Magic. Soltar lastre cuando llevas demasiado peso a bordo es obligación. Desafortunadamente, Duhon pasará a la historia de la franquicia por ser el jugador con un mayor número de asistencias en los Knicks en un único partido (22). Seguro que recuerdas aquella noche de Noviembre de 2008 contra Golden State. Duhon quedará en los libros, tú para siempre en nuestro corazón.

Llegaste por la puerta de atrás a New York, siendo la última elección de la primera ronda del Draft de 2005. Seguramente fue en tus humildes orígenes en Saint Louis, Missouri, donde aprendiste que solo trabajando duro en tus sueños, éstos pueden llegar a convertirse en realidad. Cambiaste de hábitat (de uno de los estados menos densamente poblados del país, a la capital del mundo) haciendo gala de una enorme capacidad de adaptación. La misma que has demostrado en la pista a lo largo de tus cinco primeras temporadas en la NBA, todas en los Knicks. Todas, sin reproche alguno.

Tu perfil caucásico quizá te vino bien al principio, en una ciudad como New York, cuando anotabas solo 5.1ppg y 4.5rpg en casi 17.0mpg en tu temporada rookie, recuerdas? Saliste de titular solo en 14 de los 67 partidos que disputaste, pero ya te empezaste a ganar nuestra simpatía y admiración. Porque se te veía adaptado y con ganas de progresar, siempre al servicio del equipo. Sabes que te ha tocado vivir años de decadencia deportiva en la franquicia, en los que seguramente has visto a más entrenadores y has tenido más compañeros de los que ni tu mismo puedas recordar. A pesar de solo haber conseguido 140 victorias en regular season en los 410 partidos disputados contigo en el roster (34.1%), siempre diste la cara. Mientras algunos escurrían el bulto y muchos otros miraban para otro lado en el vestuario después de los partidos, tus declaraciones de las que jamás huías eran la única estabilidad a la que agarrarnos. Eras, eres, el corazón del equipo.

Además de nuestro mejor jugador. Quizá el único gran jugador que hemos tenido en el último lustro. Cifras mejores año tras año hasta llegar a éste último en el que te has salido: 20.2ppg y 11.7rpg en 37.3mpg, saliendo de titular en todos y cada uno de los partidos que has disputado. Tu presencia en el All-Star de 2010 en Dallas tan solo fue un acto de justicia, más allá de una presentación en sociedad de la élite baloncestística mundial de la que también ya formas parte. Quizá podrías defender un poco más intensamente en la pintura, colocarte mejor en los rebotes ofensivos o taponar algunos tiros más, pero nunca vamos a recriminarte nada mientras luches como lo has hecho por cada balón, en cada contacto. Eso gusta en el Madison, bien lo sabes.

El potencial reboteador (defensivo) se te suponía, tu mejora en el pase (3.6apg en la pasada regular season) nos ha dejado a todos boquiabiertos, pero tu progresión anotadora (de 10.8ppg en 2008 a 20.2ppg en 2010) solo es el resultado del aumento de peso específico que tu solo te has ganado con el paso del tiempo. Para qué va a tirar otro cuando en tu peor año en la NBA has tenido un 54,5% de acierto en tiros de campo?

Eres todavía nuestro favorito. Algunos estamos esperando (aunque lo decimos con la boca pequeña) que LeBron James diga que no viene a NYC hoy para que ello permita renovarte el contrato y darte lo que te mereces (15 millones de $ anuales, mínimo). Venga o no venga The King, estás en tu derecho de verte perjudicado por el fichage de Stoudemire. Sabes que, por posición, quizá su llegada ponga piedras en tu camino. El respeto, querido David, no se da y sí se gana. Tu tienes todo el nuestro, todo el del Madison y de la ciudad entera de New York.

No entender que ahora quizá quieras emprender una nueva aventura en otra franquicia, con más minutos y menos competencia, es ser un ignorante; incluso si tu decisión fuera ir a los Nets, que sabes que siempre intentan pescar (más ahora, que se están quedando sin su parte del pastel), cual aves carroñeras, en lo que deja el vecino. Si te quedas, prometemos pagarte mejor e intentar buscar sistemas que permitan que Amar’e y tu compartáis los mayores minutos posibles sobre el inmaculado parqué del Madison que tan bien conoces. Lo bueno de esto es que si decides continuar (o las circunstancias hacen que continúes) nos harás muy felices; pero si te marchas en busca de un futuro mejor, también.

Mucha suerte, querido David.


Carta Abierta A Zach Randolph 05.03.10

30/03/2010

 

Estimado Zach,

Si se quiere poder criticar públicamente, hay que poder saber rectificar. Estoy arrepentido. No puedo más que dar un paso hacia atrás y reconocer que, contigo, me he equivocado. Te pido disculpas por ello.

Sin querer justificarme, deja que te diga que me alegro haberme equivocado (siempre es agradable ver a un jugador que parecía acabado, levantarse y demostrar –demostrarme- que no era así, y que todavía conserva la clase y el espíritu de antaño). Y deja que te diga también que durante años, me lo pusiste fácil.

Dicen que tienes un carácter difícil y que has tenido problemas fuera de los pabellones. Yo no te conozco y no estaba ahí para comprobarlo, pero en lo que yo me fijo (tus números, tu implicación en los partidos, tu calidad) me quedó demostrado que si no fuera de los pabellones, al menos dentro sí has tenido problemas en algunas de tus etapas en la NBA.

Tus inicios en Portland estaban llenos de dudas y pocos minutos. Venías tras solo una temporada en la Universidad de Michigan State y eso se notó en tu baja elección (#19) en el Draft de 2001 (el mismo que Pau). A partir de tu 3º año, tu paso por los Trail Blazers empezó a dejar huella, con números brillantes. Solo tú sabes el porqué de tu traspaso a los Knicks 3 años después primero y a los Clippers la temporada siguiente, donde las dudas sobre ti crecieron y tu presencia (a pesar de unos números dignos) fue más bien en vano, y tu lo sabes.

Y este verano llegaste a Memphis Grizzlies, en un traspaso en el que tampoco confié. Creí (repito, equivocadamente) que no era ese el lugar idóneo ni tampoco el momento en el que pudieras demostrar, como has hecho, lo que vales como jugador, que es mucho. Justo en Memphis es donde yo creía que había más egos, o lo que es lo mismo, menos balones para ti. Estaban Rudy Gay, O.J. Mayo, Allen Iverson y tu. Ojalá, pensé, les permitan jugar con dos o hasta tres balones. El protagonismo requerido (y merecido) por Marc Gasol i un base suplente en ese momento del estilo de Mike Conley no ayudarían. Me equivoqué.

Curiosamente, quizá la clave de todo lo que ha sucedido después, se encuentre en la penosa marcha por la puerta de atrás de Iverson. Muerto el Rey, viva la monarquía!. Habéis conseguido juntar todos los egos, y transformarlo en uno solo, el de Memphis. Y en parte (gran parte), es gracias a ti.

Tus números me dejan boquiabierto cada noche, y las palabras que me llegan de algunos de tus compañeros confirman tu merecida presencia en el All-Star de Dallas. Estas a un nivel (20.7ppg, 11.8rpg, 2.1apg) al que seguramente solo tu creías que ibas a llegar. Y como siempre, sin mucho músculo y aparente exceso de peso. Más merito.

Memphis no es NY, ni tampoco L.A. O juegas y entrenas duro el máximo de tiempo posible, divirtiéndote, o te quedas en casa, una vez ya has visitado el motel donde asesinaron a Martin Luther King. No hay duda de que eso también ha ayudado. Como el trabajo en el poste de Marc y su visión de juego, que tan bien te viene también.

No puedo más que desearte que sigas así. Merecerías poner a tus Grizzlies en playoffs (actualmente 32-30, y 6 victorias consecutivas lejos del FedEx Forum), algo que solo el hermano de tu compañero Marc ha conseguido, pero la Conferencia Oeste ya sabemos como está, y vuestro banquillo sigue sin existir. Esa presencia en playoffs sería mejor premio incluso, que el reconocimiento de Most Improved Player que si yo fuera la NBA te daría esta temporada (sí, antes que a Channing Frye o Chris Douglas-Roberts), y no por mejora estadística, si no por peso y jerarquía en un nuevo y difícil equipo.

Si fuera así, serías el único jugador de la historia que habría recibido 2 veces dicho galardón (2004 en Portland y 2010), y lanzarías un claro mensaje más allá de lo baloncestístico: o es que, en la vida, solo se puede mejorar una sola vez?.

My apologies, Zach Randolph.